#CarnavalSalud se dedica, cada mes, a hacernos reflexionar sobre las distintas temáticas que se consideran básicas en el ámbito de la Salud. Este mes de diciembre va dirigido a la Iniciativa Mírame, Diferénciate.
Es la primera vez que participo en el #CarnavalSalud y qué mejor manera de hacerlo que redactar un post por esta iniciativa que hoy termina, pero que tendremos muy presente cada día.
¿Sabemos cuál es la diferencia entre VER y MIRAR o entre OÍR y ESCUCHAR?
El objetivo de esta iniciativa debería ser un planteamiento diario para todos, puesto que el "cómo somos" se refleja en "cómo actuamos".
La gran mayoría nos formamos en "ser buenos profesionales" pero...¿cuántos de nosotros nos formamos en "actuar como tales"?
Hay circunstancias en las que uno no decide; donde no se puede elegir. Yo no elijo tener cáncer o no tenerlo; yo no elijo ver o no ver, yo no elijo acordarme o no de quién eres; aquí, yo NO elijo.
No podemos olvidarnos de que todos somos PERSONAS. NO somos diabetes, NO somos minusválidos, NO somos cáncer, NO somos ciegos, NO somos locos, NO somos Alzheimer, NO somos autistas: NO somos enfermedades y NO somos enfermos; SOMOS PERSONAS y merecemos ser tratadas como personas.
"-¿Cómo te llamo minusválida o discapacitada? -Llámame Lorena"
Eliminemos de una vez por todas las etiquetas y llamemos a las personas por su nombre.
¡Qué diferente es la vida cuando miramos con los ojos del corazón!
"Ojos azules hay bellos, hay ojos pardos que hechizan y ojos negros que electrizan con sus vívidos destellos. Pero, fijándose en ellos, se encuentra que, en conclusión, los mejores ojos. por más que todos se alaben, los que expresar mejor saben lo que siente el corazón" (C.Conto)
La idea de la iniciativa Mírame, Diferénciate es justamente esa, diferenciarnos. Mirar con los ojos del corazón; mirar con cada uno de los 5 sentidos, con cada célula de nuestro cuerpo, con cada parte de nosotros; y yo creo que lo estamos consiguiendo.
Recuerdo hace un par de meses, en el trabajo, estar sentada delante de una persona a la que le costaba mucho esfuerzo comunicarse debido a una Afasia de Broca muy avanzada como consecuencia de un tumor cerebral. Era un caso terminal.
Esta persona no sabía lo que tenía porque la familia lo prefirió así, pero él sí era consciente de que "algo no iba bien". Ese día, rompió a llorar después de decirme, tras varios intentos: "¿Qué me está pasando? Todo va a peor..." Acto seguido le cogí de las manos, le miré y sin mover los labios dije: "estoy aquí contigo, juntos podemos". Pasados unos segundos dejó de llorar y toda su cara se iluminó con una sonrisa enorme a la que acompañó con un "gracias".
Esta persona no sabía lo que tenía porque la familia lo prefirió así, pero él sí era consciente de que "algo no iba bien". Ese día, rompió a llorar después de decirme, tras varios intentos: "¿Qué me está pasando? Todo va a peor..." Acto seguido le cogí de las manos, le miré y sin mover los labios dije: "estoy aquí contigo, juntos podemos". Pasados unos segundos dejó de llorar y toda su cara se iluminó con una sonrisa enorme a la que acompañó con un "gracias".
Ese instante, para ambos, valió más que cualquier rehabilitación; el vínculo, la confianza y el respeto que se creó fue indescriptible.
“Considerar en todo momento cada intervención como una situación única e irrepetible”
Es fundamental que todos empleemos el mismo idioma. Reflexionar sobre lo que estamos haciendo y cómo se esta llevando a cabo. Hacerlo por nuestros pacientes, por las personas que nos rodean, por nosotros; por esta iniciativa que aunque termine, la mentalidad siga en pie; no dejemos de mirarnos los unos a los otros!
Estos pequeños detalles se convierten en el cemento que une los ladrillos de esa gran construcción que llamamos relación.
La vida nos ha dado millones de habilidades y virtudes; aprendamos a usarlas bien
Guau! Que grandes palabras, María, me ha encantado el post
ResponderEliminarFelicidades